La sostenibilidad ha sido siempre un componente fundamental de nuestra filosofía de inversión diseñada para la inversión a largo plazo. Sostenible en el sentido de sólida, estable y preparada para el futuro.
Actuamos de acuerdo con un concepto integral de la sostenibilidad orientado al beneficio a largo plazo de todas las partes. Por lo tanto, una empresa solo podrá tener éxito si sirve bien a sus clientes, es justa con sus empleados y socios, invierte lo suficiente, paga sus impuestos y no genera daños al medio ambiente. La ecología y los asuntos sociales son requisitos para el éxito económico a largo plazo. Uno no funciona sin el otro.
La calidad de nuestras inversiones se examina siguiendo un análisis fundamental interno mediante el cual analizamos la viabilidad futura del modelo de negocio de una empresa: ¿Qué pasa con la competitividad y la rentabilidad? ¿Y con la estabilidad y el crecimiento? ¿Está el balance suficientemente capitalizado para permitir una actuación flexible en los tiempos buenos y en los malos? Las economías sostenibles necesitan empresas rentables.
También evaluamos los temas medioambientales y sociales, así como las cuestiones de buena gobernanza en materia de oportunidades y riesgos. Cada uno de los tres criterios de sostenibilidad, también conocidos como factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG), se considera desde la perspectiva de un inversor a largo plazo para garantizar que ninguno de los aspectos tenga un impacto negativo en el valor de la empresa. En este sentido, prestamos especial atención a la gestión íntegra. Es fundamental para el desarrollo positivo de la empresa y, en nuestra opinión, permite extraer conclusiones sobre la consideración de todos los factores ASG.
La sostenibilidad es algo más que un parche ecológico y no se puede medir con baremos rígidos. Debe vivirse y comprenderse ampliamente por las empresas y todas las partes interesadas. Por lo tanto, la inversión sostenible debe centrarse también en las personas, en particular en las que toman decisiones importantes para una empresa y dan forma a la cultura empresarial y al sistema de valores.
La actividad empresarial no se desarrolla en un espacio vacío, sino en un mundo cambiante. Se ve influida por condiciones ambientales, políticas y vitales que cambian constantemente. Al mismo tiempo, la actividad empresarial también da forma al mundo. Ambos factores son interdependientes. Los empresarios y gerentes con visión de futuro lo tienen en cuenta. Abordan estos temas y se ocupan activamente del cambio. La economía sostenible (es decir, el éxito a largo plazo de las empresas) no es posible de otro modo, ya sea porque los recursos dejan de estar disponibles, porque los productos no se compran o porque el contexto ha cambiado.
La actividad empresarial tiene un impacto diverso y a menudo duradero en las cadenas de suministro mundiales interconectadas, en los mercados mundiales o en la sociedad en su conjunto. Por lo tanto, como inversor, prestamos mucha atención al impacto a largo plazo de las acciones de las empresas en términos de medio ambiente, normas sociales y buena gobernanza empresarial. En todo el mundo, no solo "en casa". Las empresas que no son sostenibles no tienen éxito a largo plazo porque carecen de una base sólida.
La actividad de las empresas está determinada por las personas. Por lo tanto, como inversor, examinamos atentamente la calidad de la gerencia. Hacemos preguntas que van más allá del mero análisis financiero: ¿Actúa la Junta Directiva de forma responsable? ¿Es sostenible el sistema de remuneración, es decir, los incentivos financieros están orientados hacia el éxito sostenible de las empresas? ¿Hasta qué punto la responsabilidad de los gestores va más allá de su propio cargo?
Estamos convencidos de que un intenso intercambio con los directivos de las empresas y el ejercicio activo de los derechos de voto son requisitos importantes para que las inversiones tengan éxito y sean sostenibles. Por lo tanto, la gestión responsable de nuestros derechos y responsabilidades desempeña un papel central en el proceso de inversión, y tiene un gran impacto en la calidad de nuestras inversiones.
Como parte de un proceso de propiedad activa dedicado, observamos y analizamos el desarrollo de nuestras inversiones. Si surgen puntos críticos que pueden tener un impacto duradero en el desarrollo del negocio, se analizan junto con la gerencia. Nos vemos como un socio constructivo que hace sugerencias significativas y acompaña a la gerencia en la implementación.
Informe de propiedad activa de 2022
Informe de propiedad activa de 2021
Hemos suscrito los Principios de Inversión Responsable promovidos por Naciones Unidas (UN PRI, por sus siglas en inglés). Obligan a todos los miembros a tener en cuenta, en su estrategia de inversión, las cuestiones medioambientales y sociales, así como las cuestiones relativas a la buena gobernanza empresarial, y a integrar, como accionista, una participación activa y el ejercicio del derecho de voto. Estos objetivos están en consonancia con nuestra convicción: la inversión sostenible debería ser algo implícito para cualquier inversor activo y orientado al largo plazo.
El Reglamento (UE) 2019/2088 ("Reglamento de divulgación de información" o "SFDR") obliga a los participantes de los mercados financieros a divulgar información sobre las estrategias de gestión de riesgos de sostenibilidad y los efectos adversos en la sostenibilidad posibles o identificados.
Más información sobre el cumplimiento de los requisitos de divulgación
La época del crecimiento rápido parece haber llegado a su fin. En la entrevista, Bert Flossbach explica cómo es realmente el crecimiento "sostenible" y qué podría significar para los inversores.