29.11.2022 -
En EE. UU., la inflación podría afianzarse en el 6 % hasta 2025, según dice Thomas Mayer, director y fundador del Flossbach von Storch Research Institute. Las cosas no pintan mucho mejor para la eurozona.
Señor Mayer, este año la inflación no ha dejado de batir récords. Sin embargo, en las últimas semanas ha perdido algo de fuerza en EE. UU. ¿Cree que pronto volveremos a la normalidad, al menos por lo que respecta a la inflación?
No, si a lo que se refiere es a las tasas de inflación del 2 % o menos que estábamos acostumbrados a ver antes de la pandemia. Nuestro último estudio revela que es probable que, a medio plazo, la inflación sea mucho mayor tanto en la eurozona como en EE. UU. Según nuestras simulaciones, existe la posibilidad de que se mantenga en torno al 6 % anual en EE. UU. y al menos en el 4,75 % en la zona euro hasta mediados de esta década.
Así que esperan un nivel de inflación alto hasta 2025 como mínimo. ¿Qué los lleva a pensar eso?
El aumento excesivo de la masa monetaria. Ya lo recordó Milton Friedman en los años sesenta: la inflación es siempre y por encima de todo un fenómeno monetario.
¿Friedman y el monetarismo no están desfasados? Una y otra vez se ha insistido en que los enormes paquetes de ayuda, como los de la crisis del coronavirus, no alimentarían la inflación. Y la fuerte subida de los precios de consumo se ha achacado sobre todo a los altos precios de la energía o a los problemas en las cadenas de suministro.
Esto último no son causas, sino catalizadores que dan pie a la inflación. Pero tiene usted razón: Friedmann y su teoría no solo han caído en el olvido, sino que los principales actores han intentado borrarlos de la memoria colectiva. Por ejemplo, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal estadounidense, dijo no hace mucho, el 23 de febrero de 2021, que la relación entre la oferta monetaria y la inflación era algo que teníamos que desaprender.
¿Podría esbozar brevemente la teoría de Friedman?
Por supuesto. Friedman consideraba que la causa de la inflación era la sobreoferta de dinero, el exceso de dinero.La base de su tesis es que, en cada periodo, los ingresos nominales se corresponden con un flujo de dinero equivalente. Se produce un exceso de dinero cuando el aumento de la oferta monetaria no se compensa con un incremento fundamental equivalente de la demanda de dinero, por ejemplo, porque la economía crece con más fuerza o porque la gente quiere tener más dinero. Se origina entonces un desequilibrio temporal en el mercado monetario.
Y entonces, para que vuelva a haber equilibrio, los precios tienen que subir, lo que produce la inflación.
Esa es una posible solución, pero no la única. Supongamos que usted y sus vecinos reciben 1000 euros del Estado, así sin más. Pueden ahorrar el dinero o gastarlo. Si se lo gastan, les tocará pagar más de lo normal por los bienes que quieran adquirir si la producción no puede seguir el ritmo de la demanda.
Tomemos como ejemplo los «coronacheques» del Gobierno estadounidense. ¿Han producido un exceso de dinero?
Algo así. Esto se debe a que los bancos centrales han comprado al mismo tiempo enormes cantidades de bonos y, por así decirlo, le han fabricado al Estado el dinero para los coronacheques. El exceso de dinero que esto ha originado puede calcularse de manera aproximada extrapolando la evolución que experimentaba la masa monetaria cuando las compras de bonos no desempeñaban un papel importante y comparándola con la evolución inflada que ha experimentado con las compras de bonos. En 2020 se reanudaron en EE. UU. las compras de bonos a gran escala, como las que ya había habido durante la crisis financiera. A finales del tercer trimestre de este año, el exceso de dinero calculado a partir de la diferencia entre el valor real y el valor de tendencia de la oferta monetaria era del 26 %.
¿Y en la zona euro?
Aquí, el Banco Central Europeo empezó con las compras de bonos en 2015 y en 2020 volvió a pisar el acelerador a fondo. Si comparamos la evolución de la oferta monetaria con el valor extrapolado de la tendencia que hubo de 2008 a 2014, obtenemos un exceso de dinero del 44 %. Sin embargo, si solo tenemos en cuenta la evolución desde 2020, el valor es del 22 %.
¿El exceso de dinero está en manos de las familias y no de los Gobiernos?
Exacto. Durante la pandemia, el patrimonio neto de los hogares aumentó considerablemente gracias al ahorro acumulado por las ayudas contra el coronavirus, mientras que las arcas públicas se vaciaron en la misma medida. Los países han financiado su deuda vendiendo indirectamente bonos a los bancos centrales, que han creado dinero nuevo para pagar esas compras.
¿Pero no se dice que las familias no han gastado ni un euro de esos cheques?
Eso era cierto cuando las familias no podían salir a gastar por los confinamientos. Al transferir el dinero a los ciudadanos, el ahorro aumentó, igual que cuando se llena el depósito de gasolina de un coche. Pero el coche estaba en el garaje, por seguir con la analogía. Sin embargo, ahora ya se puede volver a conducir, o lo que es lo mismo, la gente vuelve a consumir más.
Entonces, de entrada, ya había demasiado dinero en circulación…
… pero como se frenó la circulación, la velocidad a la que circulaba el dinero —es decir, el producto interior bruto dividido entre la oferta monetaria— disminuyó.
Tiene lógica: si hay más dinero en la cuenta, hay que gastar menos en las cosas habituales.
Exacto. Sin embargo, a largo plazo, no podemos dar por hecho que los agentes económicos seguirán acaparando eternamente una inyección de dinero que responde a cuestiones políticas. Por lo tanto, la velocidad real de circulación del dinero volverá a aumentar hasta su valor a largo plazo. Es decir, la gente gasta más dinero hasta que vuelve a tener sus ahorros habituales. Sin embargo, si la producción no aumenta tan rápido como la demanda, el ajuste se produce con una subida de los precios.
Hoy por hoy, mucha gente espera una recesión en términos reales, y ahí sí que bajaría la inflación, ¿no?
La inflación suele ser el resultado de una economía que crece rápido y se hunde cuando llega la recesión, pero esta vez es diferente.
¿En qué sentido?
La producción está sufriendo actualmente escasez de materias primas, falta de productos intermedios y escasez de mano de obra. En cambio, la demanda sigue estando apuntalada por el dinero repartido durante los confinamientos. El resultado es que tenemos a la vez una inflación más alta y una economía débil. En los años setenta se acuñó el término «estanflación» para referirse a esto.
Entonces, ¿cree que volverá a haber estanflación?
Ya está aquí, de hecho. En nuestras simulaciones hemos visto que con el exceso de dinero podrán financiarse durante los próximos años tasas de inflación del 6 % en EE. UU. y del 4,75 % en la eurozona, aunque el producto interior bruto real crezca de media solo un 2 % anual en EE. UU. y un 1,5 % en la zona euro. Eso puede llamarse estanflación.
Muchas gracias por la entrevista, señor Mayer.
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