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Mercados
6 minutos

El oro supera la barrera de los 4.000

- Simon Jäger

Muchos inversores en oro están actualmente muy animados. El precio de la onza del metal precioso ha superado por primera vez la barrera de los 4.000 dólares. Todo un récord. Y no el único.

Su cotización avanzo más de un 53% entre enero y octubre (a 7/10/2025), la mayor subida desde 1979. Durante este periodo el oro superó incluso al bitcoin, que registró una ganancia del 30%. El avance también es impresionante desde una perspectiva a largo plazo. El precio de la onza troy (31 gramos) de oro superó la barrera de los 1.000 dólares en 2009; alcanzó los 2.000 dólares por primera vez en 2023 y franqueó el umbral de los 3.000 en marzo de 2025. Pocos meses después, alcanzaba los 4.000 dólares. Como el oro se cotiza en dólares estadounidenses, su subida en euros ha sido algo menos vertiginosa, del 37%, pero aun así impresionante. ¿Es hora de recoger beneficios?

Creemos que no. Consideramos el oro una posición estratégica. Es cierto que, en nuestra opinión, los inversores solo deberían mantener invertido entre el 10% y el 20% de su cartera en oro. Tampoco somos muy partidarios de las previsiones a corto plazo. Sin embargo, hay algunas buenas razones por las que la subida parece estar justificada:

1.El oro como la nueva moneda de reserva mundial

Durante siglos, los Estados cubrían sus monedas con reservas de oro, ya que el metal precioso, a diferencia de otros activos, no puede multiplicarse a voluntad. Durante las dos guerras mundiales, la deuda nacional se disparó en numerosos países y la vinculación con el precio del oro se abandonó en muchos lugares. Tras la Segunda Guerra Mundial y el Acuerdo de Bretton Woods, los sistemas monetarios del mundo occidental fijaron el valor de sus monedas en relación con el dólar estadounidense, y el valor de este se vinculó al oro.

En 1971, sin embargo, el presidente estadounidense Richard Nixon abandonó este sistema y hoy existe un sistema de tipos de cambio flexibles. Desde hace décadas, la mayoría de los países han invertido sus reservas de divisas principalmente en bonos del Estado. Los títulos del Tesoro estadounidense han tenido una demanda especialmente elevada, sobre todo entre los países asiáticos.

Debido a los conflictos geopolíticos en curso, los bancos centrales, en particular de China y Rusia, han aumentado enormemente sus reservas de oro en los últimos años. En nuestra opinión, es probable que esta tendencia continúe debido a las actuales turbulencias geopolíticas. Este año, el oro ha sustituido al dólar (o a los títulos del Tesoro estadounidense) como la principal inversión para las reservas de divisas de los bancos centrales de todo el mundo.

El oro supera la barrera de los 4.000 -

2. Las crisis de deuda modifican el mercado de bonos

Durante mucho tiempo, los bonos del Estado a largo plazo emitidos por los países occidentales se han considerado una inversión extremadamente segura, incluido para los inversores privados. Sin embargo, las crisis de deuda (pública) hacen que ahora los inversores se muestren escépticos, y no solo en Estados Unidos, donde el reciente conflicto sobre los presupuestos seguramente también ha contribuido al alza del oro a corto plazo. Tras las subidas de los rendimientos, en EE. UU. y el Reino Unido se paga ahora entre el 4% y el 5% por los bonos a diez años. Esto encarece el servicio de la deuda.

La situación no es mucho mejor en Europa continental. La elevada deuda pública y la incierta situación política de Francia están provocando reticencia a comprar bonos de este emisor. Como consecuencia, los rendimientos de los títulos franceses ya en circulación han aumentado considerablemente. En la actualidad superan incluso el nivel de los italianos, que hasta ahora se situaban a la cola de la zona euro. No parece haber signos de mejora en las principales economías. Incluso es probable que la deuda de los países del G7 aumente aún más en los próximos diez años. En muchos lugares también está quedando claro que el crecimiento se logró probablemente gracias a una política monetaria expansiva. Si los bancos centrales se vuelven más restrictivos en el futuro, es probable que el impulso económico se ralentice. Así, parece haber sido superado el «punto de no retorno» de la creación de deuda en algunos países.

Esto significa un cambio radical para el mercado de renta fija. El diferencial de rendimiento entre la deuda pública y los bonos corporativos de emisores con buena calificación crediticia ha ido reduciéndose. Al fin y al cabo, las mayores empresas del mundo, a diferencia de los Estados, presentan en general unos buenos balances. Sin embargo, los bonos corporativos pierden atractivo desde el punto de vista del inversor cuando no hay un buen diferencial, por lo que algunos inversores se están dirigiendo a otros activos, entre otros, el oro.

3. Los bancos centrales solo pueden reforzar hasta cierto punto

En Europa y EE. UU., los bancos centrales se debaten entre la relajación de la política monetaria y la lucha contra la inflación. Así, la Reserva Federal de EE. UU. tiene un doble mandato: por un lado, debe contrarrestar la erosión del valor del dinero, pero, por otro, debe apoyar al mercado laboral en caso necesario. En cuanto los datos del mercado laboral estadounidense se deterioran, aumenta la presión a favor de una relajación.

En la eurozona, el Banco Central Europeo oficialmente solo está obligado a mantener el valor del dinero. Sin embargo, de facto, el banco central se ha comprometido a hacer todo lo posible para evitar una nueva crisis del euro.

En ambas potencias económicas, es probable que estas limitaciones tiendan a debilitar el valor del dinero, con el resultado de que, además de los bancos centrales, cada vez más inversores privados busquen una moneda segura como el oro. Esto significa que aún le puede quedar recorrido, sobre todo porque, a pesar del entusiasmo por el oro hasta la fecha, los inversores privados han invertido hasta ahora relativamente poco en el metal precioso desde una perspectiva a largo plazo.

4. La incertidumbre geopolítica favorece la cotización del oro

Las guerras en Oriente Próximo y Europa inquietan a los inversores. En lugar de globalización, cada vez hay más conflictos geopolíticos. Las erráticas políticas (la arancelaria, entre otras) del presidente estadounidense también está mermando la confianza, ya que las consecuencias de muchas medidas son difícilmente previsibles. Estos factores de incertidumbre asociados a las políticas de Donald Trump están afectando el comportamiento de los inversores.

El precio del oro ya se ha disparado en otras ocasiones en el pasado, en épocas de crisis. También escaló tras el fracaso de Bretton Woods en 1971. Sin embargo, solamente se había registrado una subida tan acusada como la actual en 1979, durante la segunda crisis del petróleo y la revolución en Irán. Entonces, el precio del oro se duplicó, pasando de 225 a 512 dólares.

5. Los inversores chinos descubren el oro

Durante décadas, India y China han sido los principales compradores del mundo de joyas de oro. Ante la crisis inmobiliaria y el desplome de su mercado de capitales en los últimos años, cada vez más chinos descubren el oro también como inversión. A raíz de la fuerte marcha del metal precioso, las empresas mineras de oro también están avanzando sin cesar. Por ejemplo, la capitalización bursátil de Zijin Mining, la mayor compañía minera de oro de China, se ha elevado este año al equivalente de más de 100.000 millones de dólares. Es decir, no solo se observa una euforia mundial en torno al oro, sino también a las acciones relacionadas con este.

En resumidas cuentas, hay buenas razones para que el metal precioso siga subiendo. Desde hace muchos años, los precios de los activos en Alemania han subido mucho más que los precios al consumo. El valor de muchas propiedades inmobiliarias, de acciones de empresas y del oro ha aumentado considerablemente. Por tanto, merece la pena invertir en activos reales. El oro es uno de ellos.

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